Mi primera vez fue especial, aunque estaba muy nervioso.
Llegué a la hora indicada, entré... y la ví. Allí estaba... en el centro.
Me acerqué. Los nervios comenzaban a apoderarse de todos los músculos de mi cuerpo. Apenas podía contenerme. Apenas podía hablar. Apenas podía respirar. Pero sabía que ese era el día.
Me acerqué un poco más. Casi la estaba ya tocando. Entonces me di la vuelta y sentí algo raro. Esto no era lo normal. Esto no era como siempre. Esto era distinto. Yo no debía estar ahí... pero lo estaba.
Comencé a sudar tan sólo con rozarla. La veía enorme tan de cerca. Las luces ayudaban a caldear el ambiente. Las palabras no querían salir de mi boca, pero...
...cogí la tiza, me acerqué a la pizarra y comencé mi primera clase.
Tito Eliatron Dixit.
sublime
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