Ya sabemos que tipos de números hay muchos: primos, compuestos, pares, impares... y hasta hay números buenos y números malos. Por si no lo sabéis (y si ya lo sabéis, así lo recordáis), se llama número bueno al número 1 y a cualquier otro número que sea el producto de una cantidad par de números primos distintos; mientras que un número malo es todo aquél número que sea el producto de un número impar de primos distintos. Por ejemplo, es bueno, pero es malo. ¿Y el 12? Pues como resulta que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.
¿Y qué mejor forma de aplicar estos conceptos tan sencillos que a los años? Pues vamos allá.
Ahora mismo estamos en el año 2013. Pero resulta que , por lo que, amigos míos, siento deciros que este año será malo. Teniendo en cuenta la actual situación de crisis, este dato resulta, cuando menos, curioso; y si esto lo lee algún conspiranoico, nos monta un nuevo fin del mundo.
Pero vamos a darle aún más en lo que pensar: los dos próximos años también serán malos. En efecto, y . Así que agarraos los machos, que ni Mariano, ni Alfredo ni la mare que los parió (cada una al suyo), nos va a sacar de la crisis. Lo dicen las MATEMÁTICAS (léase con voz de ultratumba y alargando las dos últimas "A" de la palabra).
Pero bueno, entonces... ¿cuándo saldremos de esta crisis? El año 2016 no es ni bueno ni malo (), 2017 es un año primo, por lo que también será malo. Finalemente, el próximo año bueno será 2018 (), ¿será ese año el que salgamos de la crisis? Si no es éste, será el 2019, que también será bueno ().
Amigo lector, aquí te dejo una herramienta para factorizar números, que te permitirá averiguar si el año en que naciste fue bueno o malo. En mi caso, 1977 fue un año bueno ()... ¿y el tuyo?
Tito Eliatron Dixit
PD: Esta entrada participa en la Edición 4.1 del Carnaval de Matemáticas que alberga Tito Eliatron Dixit.
PD2: Por supuesto, esta entrada se ha escrito en tono de HUMOR. Los números buenos y malos se definen de esta forma, pero el hecho de que un año se represente por un número bueno o malo, por supuesto que no tiene nada que ver con la bondad o maldad de dicho año. Sólo por si las moscas.
Me ha encantado este post, y además muy curioso... el año en el que nací (1998) no es ni bueno ni malo. Tampoco tuve tan mala suerte :P
ResponderEliminar