Hace unos años fui con mi hija pequeña a una exposición en la que se explicaba lo que es el sida. [...] Una de las maneras de explicarlo era con unos paneles. En el primero había un texto muy bonito [...] y en los siguientes paneles ese mismo texto se iba deteriorando y perdiendo su belleza pues representaba que estaba siendo atacado por el virus del sida. ¿Sabéis qué eran los virus atacantes? Nuestra raíz cúbica; y para enfatizar la maldad del virus del sida, había la siguiente frase:
«la raíz cúbica no tiene quien la quiera»
La verdad es que no sé muy bien qué le hizo la pobre raíz cúbica a la persona que se le ocurrió la idea, pero desde luego la raíz cúbica es totalmente inofensiva y además tiene a muchos que la queremos. Y yo me pregunto, ¿nadie se dio cuenta de que relacionar el virus del sida (del que todos tenemos que huir) con la raíz cúbica y, por tanto, con las Matemáticas (a las que todos nos tenemos que acercar), no puede ser una buena idea?
María Jesús Carro
Presidenta del Comité para la celebración del Centenario de la RSME.
Intervención en el Acto de Apertura del Centenario.
Presidenta del Comité para la celebración del Centenario de la RSME.
Intervención en el Acto de Apertura del Centenario.
Pues yo me uno a lo que dice Mª Jesús y ofrezco todo mi cariño a la Raíz Cúbica y a toda su familia de funciones radicales.
Además, me gustaría que, en los comentarios, sacaseis a relucir más anécdotas como ésta en la que la Antipatía Matemática (lo del anumerismo es cosa de niños ya) se abre hueco en los lugares más insospechados. Menos mal que aquí hay mucha gente dispuesta a luchar contra ello ¿o no?
Tito Eliatron Dixit
Esta entrada forma parte de la Edición 2.4 del Carnaval de Matemáticas cuyo anfitrión es el blog Seis Palabras.
Viva la logse. Fuera humanidades y en general mejor no pensar ni mates ni historia
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