Una demostración, es decir, un argumento matemático, es una obra de ficción, un poema. Su objetivo es satisfacer. Una demostración hermosa debe explicar, y debe explicar de forma clara, profunda y elegante. Un argumento bien escrito y elaborado debe sentirse como un chorrito de agua fría, y ser un faro de luz: debe refrescar el espíritu e iluminar la mente. Y debe ser encantador.
Una muy curiosa forma de expresar la belleza de las matemáticas, en particular, con la sentenciosa frase final. Ahora que me estoy leyendo el libro La fórmula preferida del profesor (que tan bien reseñaron en DesEquiLibros) encuentro esta frase que sigue la misma línea de pensamiento del profesor de este libro. Las demostraciones no sólo deben probar un resultado, sino que deben poseer una cierta belleza que las haga únicas.
Espero que mis pruebas, algún día, alguien las catalogue así.
Y vosotro, ¿qué opináis?
Tito Eliatron Dixit
Envidia, ya me gustaría poder entender ya no digo hasta el punto de considerar una demostración igual a un poema, me conformaría con entender lo más básico y encontrarle algo de lógica, cosa que no termino de conseguir... Y es una pena, ya que me encantaría llegar a esos niveles de comprensión en la base de la pirámide de la ciencia, cuya base son las mates.
ResponderEliminarFirmado: Protobiologo, impedido genéticamente para las matemáticas xD