Déjenme decirles cómo en cierta ocasión, el famoso matemático Euclides se convirtió en médico. Fue durante unas vacaciones que pasé en Praga, como siempre solía hacer, cuando fuí atacado por una enfermedad nunca antes experimentada, que se manifestó mediante escalofríos, cansancio y dolor por todo el cuerpo. Con el fin de aliviar mi condición, tomé los Elementos de Euclides, leí por primera vez su doctrina sobre la proporción, la cual me pareció que era tratada de una manera totalmente nueva para mí. El ingenio que se muestra Euclides en la presentación me llena de placer tan intenso, que inmediatamente me sentí tan bien como siempre.
Muy curiosa la anécdota que cuenta Bolzano. Y en mi opinión es algo mucho más frecuente, al menos entre matemáticos, de lo que pueda parecer.
¿Creéis que anécdotas como ésta pueden ocurrir en otras disciplinas?
Tito Eliatron Dixit
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