Tal y como comenté ayer, hoy vamos a hablar de paradojas.
Mucho se
ha hablado ya
sobre ellas en
muchos otros
blogs, pero voya a tratar de darle un punto de vista algo distinto, que a mi me ha gustado bastante.
Vamos a comenzar con la paradoja del Huevo Inesperado, que es la primera que cito en el título del post. No es la original de la saga, pero por su sencillez, va a ser la primera que plantee.
Supongamos que tenemos 2 cajas numeradas (Caja 1 y Caja 2) encima de una mesa. Una persona absolutamente lógica nos dice: "Estas cajas que ves, las puedes abrir en el orden que indican los números. En una y sólo una de estas cajas he puesto uno y sólo un huevo, que además es totalmente inesperado para ti. ¿Dónde está el huevo inesperado?" Por
inesperado entendemos que antes de abrir la caja, no podemos deducir lógicamente que está allí.
Parece sencillo, ¿verdad? Pero ahora analicemos la situación. Como nuestro interlocutor es totalmente lógico, nunca introduciría el huevo en la Caja 2, pues en ese caso, una vez abierta la Caja 1 y viendo que está vacía,
antes de abrir la Caja 2 sabremos que el huevo está allí, por lo que sería
un huevo esperado, por tanto el huevo debería meterlo en la Caja 1; pero en este caso, antes de abrir la Caja 1, como nuestro interlocutor es totalmente lógico,
sabemos que el huevo debe estar allí, en la Caja 1, por lo que el huevo sería
totalmente esperado. Así que lo que afirma nuestro interlocutor, es IMPOSIBLE.
El origen de esta paradoja es desconocido, pero circuló, en su versión original, desde 1943 en adelante. Fue en 1949 cuando D.J. O'Connor, en la revista
Mind, publicó lo que se conoce como
Paradoja del Examen Sorpresa (también conocida como la paradoja de la inspección sorpresa, del ahorcado, del Oscurecimiento de Clase A...). En ella me he basado para publicar el
artículo inesperadoEn una escuela de lógica hay una regla irrompible, que un día inesperado haya un examen sorpresa. Los alumnos, entonces, argumentan que no puede ser el último día de clase, pues si los anteriores no hubo examen sorpresa, y debe haber un tal examen, la noche antes del último día, sabremos que habrá examen sorpresa mañana, por lo que ya no será inesperado. Así que se descarta el último día. Si llegado el antepenúltimo día no ha habido examen sorpresa, entonces los alumnos deducen que, como no puede ser el último día (ya lo argumentaron antes) debe ser forzosamente el penúltimo, luego sería un examen esperado. Así que el penúltimo día tampoco puede ser. Análogamente se pueden descartar todos los días del curso, por lo que se deduce que la regla irrompible no puede tener efecto.
Y sin embargo, gracias a estas deducciones de los alumnos, cualquier día que el director de la escuela ponga el Examen Sorpresa, será inesperado para los alumnos!!!
R. Shaw analiza esta paradoja en otro artículo de la revista Mind en 1958 a través de varias reglas para el Examen Sorpresa:
- Regla 1: Un examen sorpresa tendrá lugar durante el próximo curso académico.
- Regla 2: El examen sorpresa será inesperado, en el sentido qeu tendrá lugar en un día, tal que la noche anterior a ese día los alumnos no podrán deducir a partir de la Regla 1, que el examen será al día siguiente.
En estas condiciones, el razonamiento inicial de los alumnos de antes, nos dice que el Examen Sorpresa nunca podrá ser el último día de clases (por violar la Regla 2). Pero cualquier otro día, satisfará ambas reglas, por lo que la paradoja
desaparece.
Pero ¿y si variamos
ligeramente la Regla 2? Veámoslo:
- Regla 2*: El examen sorpresa será inesperado, en el sentido qeu tendrá lugar en un día, tal que la noche anterior a ese día los alumnos no podrán deducir a partir de la Regla 1 y la Regla 2*, que el examen será al día siguiente.
Gracias a esta autorreferencia de la nueva Regla 2*, el razonamiento original de los alumnos de que ningún día es posible, vuelve a ser perfectamente válido.
Por tanto, la paradoja surge de la autorreferencia, lo que nos debería llevar a pensar en el
Teorema de incompletitud de Gödel y a la clásica
Paradoja del Barbero de Russel.
¿Y cual es mi conclusión personal? pues que este tipo de paradojas, además de provenir de la autorreferencia, procede del punto de vista desde el que se tome. Si volvemnos a la Paradoja del Huevo Inesperado, desde nuestro punto de vista, el planteamiento es totalmente paradójico, pues el interlocutor no tiene posible elección. Sin emabrgo, desde el punto de vista del interlocutor (o del Director de la Escuela del Examen Sorpresa), todo tiene sentido, pues, si coloca el huevo en la Caja 1, será totalmente inesperado para nosotros.
Fuente Principal:
Círculos Viciosos y Paradojas, P.Hughes y G.Brecht, Zugarto Ediciones S.A. Madrid 1994.
Tito Eliatron Dixit.